▷ La Gloria y los Pegasos México 🥇

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La Gloria y los Pegasos México

¿Que es esta escultura?

El  Pegaso es una de las criaturas míticas con mayor simbolismo dentro de esa constelación que, a lo largo de los siglos, se ha ido formando cada una en la cultura humana y en esa otra esfera posiblemente mucho menos flagrante pero sin embargo palpable que es el inconsciente colectivo.

En la Ciudad de México, puede haber un lugar en el que el monumento de estas criaturas se encuentran, el Palacio de Bellas Artes, donde de alguna manera, uno puede querer suponer que su presencia es predecible. En realidad, desde su origen, el Pegaso tenía un hipervínculo con los reinos sobrehumanos del advenimiento creativo y la sugestión. 

Entre sus recuerdos se cuenta que después, establecido por medio de Belerofonte, el único hombre o mujer que lo domesticó, pateó el suelo del Monte Helicón, dentro de la Beocia, y así dio inicio al manantial de Hipócrates, consagrado a las Musas y, en sintonía con el mito, capaz de dotar de un genio poético de primer orden a todo aquel que bebiera de sus aguas.

Tanto por los estilos arquitectónicos que convergen en el Palacio de Bellas Artes -artwork deco y artwork noveau, sobre todo, como por criterios de orden práctico, el imaginario de la mitología griega fue uno de los factores importantes de su diseño, de ahí que, de manera segura, la presencia del Pegaso sea completamente lógica como decoración de un recinto dedicado por completo al cultivo de las manifestaciones más sublimes del espíritu. Adamo Boari encargó al escultor catalán Agustín Querol y Subirat la realización de las 4 esculturas de la gloria y los pegasos, realizadas en bronce.

Según Héctor de Mauleón, Querol "había realizado esculturas de Pegaso, que debido al hecho de que 1905 habían decorado la parte superior del Ministerio de Agricultura en Madrid", que él consideraba "alegorías del desarrollo". Sobre la determinación, es muy posible que obedezca ahora no sólo a una perfección espacial básica (la cuadratura), sino además a las propiedades numerológicas asociadas al cuatro, al número terrestre que viene propio después de la variedad divina, a la variedad de los puntos cardinales pero además de la exploración y el recorrido. La inspiración de los cuatro Pegasos parecen decirnos, puede venir de cualquier factor en este planeta, venir de cualquier dirección.

En el singular diseño de la construcción de la gloria y los pegasos, Boari proyectó que los Pegaso podrían estar ubicados dentro de los dados exteriores del grado, donde aparecieron durante casi una década, desde 1911 (una vez que llegaron a través del puerto de Veracruz) hasta 1912, cuando fueron eliminados y llevados a la Plaza de la Constitución, Esta elección se tomó con el pretexto de que su peso contribuyó al hundimiento del Palacio y se convirtió en obtenida con polémica dentro de la sociedad de la época, porque se llegó a decir que las esculturas rompían con el estilo colonial de la Plaza, y que políticamente parecía ser un homenaje del gobierno de Álvaro Obregón al Porfiriato. A pesar de la totalidad, los Pegasos permanecieron en las cuatro esquinas del Zócalo de la capital hasta 1928, al parecer, los mismos 12 meses de la pérdida de vidas de Boari.

En los años treinta, mientras se reanudaba el encargo de terminar tarde o temprano la construcción del recinto, el arquitecto Federico Mariscal organizó la colocación de los Pegasos en la explanada exterior del Palacio, sobre nuevos pedestales, en gran parte porque parece que se tuvo en cuenta que no era factible acercarse a ellos en su singular lugar.

 Los distintos factores decorativos del Palacio de Bellas Artes, los Pegasos están ahí para recordarnos esa ambición de volar, la fuerza que tuvo que despegar, la gracia con la que se ha cumplido, rasgos poderosos de una metáfora elocuente: la posibilidad de ascender sobre las "alas del deseo", por así decirlo, y trascender los círculos del mundo.


Historia de la odisea de la gloria y los pegasos

Entre 1893 y 1897 se construyó el edificio que sería la sede del Ministerio de Fomento (hoy Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación), el Palacio de Fomento, en el número 1 del Paseo de l. A. Infanta Isabel, en cumplimiento de un emprendimiento a través de Ricardo Velázquez Bosco. Como parte de su decoración escultórica, se determinó ubicar una alegoría del Progreso en el ático del marco vital de la fachada principal. 

El artista encargado de realizarla se convirtió en el español Agustín Querol Subirats (Tortosa, 1860 - Madrid, 1909), quien ideó un enorme conjunto escultórico compuesto por tres partes exentas: La Gloria (una victoria alada posterior a las alegorías de la Ciencia y el Arte), y a cada lado de la misma, Pegaso acompañó con la ayuda de figuras humanas que representan la Agricultura y la Industria (izquierda) y la Filosofía y las Letras (propiamente dicha).

Querol envió un moho de las esculturas a Carrara (una metrópoli italiana conocida por sus altas canteras de mármol de primera clase) para la ejecución final utilizando empleados de mármol italianos. Después de resolver numerosas vicisitudes en el curso de su aventura de allí a Madrid y la siguiente subida al tejado (por su enorme tamaño y peso), fueron finalmente colocadas dentro del Ministerio en 1905.

Los daños sufridos en algún momento de la Guerra Civil y las inclemencias del tiempo sufridas a lo largo de los años deterioraron el conjunto, del que se retiraron varios fragmentos. Uno de ellos, con un peso aproximado de 20 libras, cayó a principios de los sesenta frente al pórtico de la puerta del Ministerio. Por ello, y dado el actual riesgo de desintegración, en marzo de 1976 las esculturas fueron cambiadas por réplicas de bronce, realizadas con el uso de la técnica de fundición de Juan de Ávalos. Las originales necesitaban ser fraccionadas para facilitar su eliminación.

En 1992, continuando con el trabajo que las Escuelas Taller del Ayuntamiento de Madrid venían realizando desde hacía unos años, un equipo de especialistas inició el último tramo de la restauración de los mármoles de Querol. En febrero de 1997, los 2 llamados Pegaso se habían instalado en la Plaza de Legazpi. Debido a su gran peso, que dificultaba su anclaje en el suelo, las alas de mármol tuvieron que ser reemplazadas con la ayuda de otras fabricadas con fibra de vidrio. En 1998 La Gloria, rodeada por una fuente circular, fue colocada en el centro de la Glorieta de Cádiz.

El 26 de abril de 2005, en el acto de las obras de la M-30 (la calle que pasa por debajo de la Plaza de Legazpi) que amenazaban su equilibrio, las dos corporaciones de Pegasos fueron eliminadas. Tras el cese de las obras subterráneas, la más eficaz de todas ellas se posicionó más abajo en la región.

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